Mensaje del Primer Ministro David Cameron en el día de San Andrés
Lea el mensaje del Primer Ministro con motivo de la la fiesta nacional de Escocia
Hace algo menos de tres meses, los escoceses votaron a favor de mantener la unidad de Reino Unido y yo fui uno de los millones de personas que sintieron alivio, orgullo y gozo ante la decisión de Escocia.
El mensaje central de nuestra campaña era este:
podemos tener un Reino Unido fuerte y una Escocia fuerte, y celebrar tanto su identidad como sus logros.
Y de esto trata, precisamente, el día de San Andrés.
Al celebrar este día celebramos a Escocia, esta gran nación de cultura y emprendedores, de orgullo y pasión cuyos habitantes, hombres y mujeres, han regalado al mundo la máquina de vapor, la televisión, la penicilina, a James Bond, a Harry Potter, e incluso el bosón de Higgs.
Hoy, día nacional de Escocia, el mundo expresa su admiración por esos logros y las gaitas escocesas sonarán desde las islas de Argyll hasta las calles de Nueva York.
En todos los lugares del mundo, la gente quiere un trocito de Escocia…
… en Australia, donde el tartán se luce con orgullo…
… en las Bahamas y Canadá, donde se come el “haggis”…
… y en Francia, donde cada año se bebe más whisky escocés que coñac.
En este día de San Andrés celebraremos ese enorme alcance global y haremos ondear la bandera de Escocia en nuestras embajadas y altos comisionados británicos.
Y cuando pienso en la silueta de la Cruz de San Andrés recortándose al sol en Dar es Salaam, agitada por el viento de Ottawa, pienso también en todas las cosas increíbles que estamos haciendo, juntos, como Reino Unido, ya sean nuestros voluntarios en África occidental ayudando a la gente aquejada por el virus mortal del Ébola, nuestras fuerzas de seguridad defendiéndonos a todos de la amenaza del ISIS o nuestras empresas saliendo al mundo y cosechando éxitos.
La clave del éxito futuro es trabajar, unidos, por el bien de todos.
Es por eso que todos nosotros, en cada uno de los rincones del país, celebraremos este día de San Andrés, y que en ningún sitio ondeará la bandera escocesa con más orgullo que aquí, sobre el número 10 de Downing Street.